Anaxágoras (500-428 a. C.)


La solución propuesta por Empédocles al problema de la physis, en cierto
modo fue también un esquema para las siguientes soluciones, ya que él
propuso que no solamente se explicara el sustrato, que es donde se da el
ser, sino también la causa de los cambios o movimientos.
Respecto del sustrato, o últimos elementos, Anaxágoras opinaba que
no son cuatro, como propuso Empédocles, sino en número infinito.
Dichos elementos son inmutables, cualitativamente distintos y son las
semillas de todas las cosas. Aristóteles llamó “homeomerías” a estos elementos
o semillas.
En relación con el aspecto material de las cosas, hay bastante diferencia
en las teorías de Empédocles y de Anaxágoras. Cuando un objeto
—diría Empédocles— se divide lo suficiente, llegaríamos a las cuatro
raíces o elementos. Anaxágoras, por el contrario, sostiene que, por muy
lejos que llevemos la división de las cosas, nunca llegaremos a una parte
tan pequeña que no contenga algo de todas las cosas.
La explicación de la posición anaxagórica es la siguiente: por una parte,
nunca es posible alcanzar el último grado de pequeñez, ya que, por
división, no se puede lograr que algo deje de ser lo que es; por otra parte,
por muy alto que sea el grado de pequeñez que se obtenga, en las porciones
resultantes siempre habrá una porción de todas las demás cosas.
Anaxágoras atribuía la causalidad de los movimientos y cambios a una
entidad inmaterial que él llamaba nous (mente).
Dicha entidad posee las siguientes características: infinita, autónoma,
conocedora de los cambios, y la que produce y ordena los movimientos
que se dan en la realidad.
Leamos algunos fragmentos de Anaxágoras:
1. Todas las cosas estaban reunidas, a la vez infinitas en número y en
pequeñez, porque lo pequeño también era infinito.
3. No hay un último grado de pequeñez entre lo que es pequeño, porque
siempre hay algo más pequeño, pues es imposible que lo que es cese
de ser por división.
11. En cada cosa hay una porción de todas las demás, excepto en el nous,
y hay algunas cosas en las que también hay nous.
12. Todas las otras cosas participan en cierta medida de las otras, en tanto
que el nous es infinito y autónomo, y no se mezcla con nadie sino
que es solo, él mismo para sí mismo... y el nous tiene poder sobre la
revolución toda. Y todas las cosas que están mezcladas, separadas y
distinguidas, son conocidas por el nous. Y el nous ha ordenado todas
las cosas que debían ser, y todas las que fueron y no son ahora, y las
que son.
13. Y cuando el nous comenzó a mover las cosas, se produjo una separación
de todo lo movido y en tanto que el nous lo puso en movimiento,
todo fue separado.
17. Los helenos siguen un uso equivocado cuando hablan del nacer y el
perecer, pues nada nace o perece, sino que todo es mezcla y separación
de cosas que son.

Anaxágoras, Fragmentos.

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