La historia de la filosofía

Si las tareas de precisar “cuáles son los problema filosóficos” y “qué es la filosofía” se consideraran difíciles y casi imposibles, definir la historia de la filosofía implicaría una dificultad aún mayor. Si recordamos lo ya dicho acerca de la variedad de concepciones del objeto de la filosofía y de los problemas filosóficos, fácil será darnos cuenta de que la historia de la filosofía es totalmente diferente de la historia de cualquiera otra ciencia. En este último caso, lo que hace la historia es seguir la evolución de los conocimientos sobre una materia, en un campo bien determinado, y exponerla de manera que sea comprensible el avance de dichos conocimientos, no obstante las variaciones y los contratiempos que se hayan presentado. En el caso de la filosofía, su historia tiene que ser muy diferente. El hecho de que a través del tiempo no haya habido un objeto común de investigación, imposibilita que su historia nos presente una evolución progresiva que se vaya aproximando a soluciones cada vez más explicativas de la realidad. Sin embargo, tomando como base el doble objetivo que, creemos, unifica a las diferentes concepciones de la filosofía, es posible concebir una historia de esta disciplina, porque entonces su tarea consistirá en dilucidar cómo la humanidad ha ido expresando conceptualmente, cada vez con mayor claridad y más amplitud, su manera de comprender el mundo y valorar la vida.

En opinión de algunos filósofos —Hegel, por ejemplo—, la historia de la filosofía o historia de las doctrinas filosóficas es en sí filosofía; por consiguiente, debe considerarse una disciplina filosófica.

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